Las redes están de moda, crecen a gran velocidad y muchos nuevos usuarios tienen un gran desconocimiento de cómo o para qué realmente se utilizan cada una de ellas.
Hay grandes ejemplos del mal uso de redes sociales en el ambiente organizacional o empresarial, sobre todo nos damos cuenta cuando alguna empresa importante publica cosas fuera de concordancia o sube fotos que no tienen nada en relación con la cuenta. Entonces, si ya tengo una cuenta en ellas, ¿cómo saber que mi empresa está dando un uso apropiado a las mismas y no quedaré sólo en el intento?
Antes que nada, debemos reconocer que las redes sociales no son un juego o un trabajo que cualquiera puede hacer, eso si es que realmente queremos obtener resultados. La mayoría de las empresas contratan a alguien creyendo que todo consiste en dar contraseñas de acceso y asumir que todo se hará mágicamente. Desde ahí ya empezamos con puntos menos.
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La principal base para el uso de las redes sociales es saber cómo funcionan y qué objetivos queremos conseguir antes de abrir un perfil de la empresa. Las redes sociales ameritan un estudio y estructura bien planeada para la gestión de las mismas, así que al momento de asignar o contratar a alguien para gestionarlas, debe haber desde el principio conocimiento sobre estrategias, innovación, administración de proyectos, análisis de alguien que realmente sepa la dirección bien encaminada de una red social.
Una cuenta en redes sociales debe preocuparse por proyectar contenido interesante que atraiga a los lectores, no sólo noticias referentes a la empresa, si no hay que aprender a enviar información relevante. Hay que buscar explotar todas las áreas posibles para así poder pasar al siguiente paso que es: crear interacciones, conversaciones.
Es bien sabido que muchas personas utilizan las redes para exponer quejas de algún producto o empresa o recomendar de manera negativa el “no asistir” a un lugar por varias fallas en servicio; aunque las empresas esperan pura información positiva, pero sabemos perfectamente que no es así. Hay que aprender a valorar también toda esa información negativa pues es lo que ayuda a crecer, mejorar y analizar en qué estamos fallando y aprender a que tenemos que conversar y atender, sea buena o mala la crítica; créanme que eso lo valorarán más como clientes.
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De igual forma, se debe considerar que las redes sociales exigen una gestión diaria, son medios de comunicación que necesitan actualización constante y en horarios que ayudarán a analizar detenidamente a qué hora hay más movimiento e interacción con usuarios.
No debemos tomar a la ligera a quién se pone a cargo la imagen de una empresa en Internet, sólo porque resulte “fácil o sin grandes esfuerzos” debemos menospreciar y dar por realizado todo, al contrario, hay que concientizar que bien empleada, es una de las publicidades que más nos va a generar clientes potenciales, pero sobre todo, nos mantendrá más cercanos a ellos y establecerá una real interacción.
Recuerda que una buena planeación y estrategia en redes sociales puede facilitar de igual forma tus estudios de mercado.
Algunas consecuencias del mal uso de las redes sociales en empresas pueden:
Lo ideal es seguir un plan de acción sobre los objetivos que se quieren conseguir. Tener una meta en mente hace el resto de las tareas más fáciles, pues tu objetivo será tu guía. Recuerda que tú como emprendedor y empresario en el entorno online, necesitas recopilar datos que te hagan saber qué es lo que realmente esperan de ti como proveedor ideal. De este modo conocerás la respuesta exacta de las necesidades de las personas a las que quieres servir en tu área y las redes sociales son un canal con impresionante valor de información.
¡Aprende a usarlas con inteligencia y real conciencia de lo que son y para qué son, verás el cambio!
De pies claustrofóbicos, espíritu libre, corazón activo y mente inquieta. Soy traductora de profesión y content manager, copy y estratega digital en contenidos por satisfacción y decisión; apasionada de lo digital y admiradora de la vida real; amante de los peludos perrunos, la lluvia y la comunicación; divertida, sarcástica, paciente, emocional, musical y reflexiva.