En el pasado, la exposición a la publicidad se volvió total e invasiva. Veías anuncios en la calle, la prensa, la tele, y por supuesto, internet. El bombardeo hizo que la gente dejara de prestar atención gradualmente, y por lo tanto, que dichas prácticas perdieran eficacia.
Esto motivó una transformación que dio lugar a formas más amigables para llegar a la gente. Tal es el caso de las estrategias digitales de contenido basadas en el inbound marketing, que apuestan por que sea el consumidor el que encuentre a la empresa mientras busca respuestas a sus necesidades.
Los consumidores se informan antes de hacer compras; buscan datos relevantes, contrastan opiniones, comparan productos, etc. Una estrategia de contenidos busca acercar esta información a la audiencia, y así solventar sus dudas y aportar valor para influir indirectamente en la decisión de compra de los usuarios.
El contenido debe ser original, de valor, aportar conocimientos, respuestas o soluciones a tu audiencia. En pocas palabras, debe ser estratégico. Para lograrlo, debes tener claro cuál es su objetivo, qué quiere informar, a quién va dirigido y por qué canal lo harás llegar, además de tener en cuenta los elementos necesarios para que el algoritmo de Google lo reconozca, como la selección e integración orgánica de tus palabras clave.
Es importante distinguir entre contenido y formato: contenido es el mensaje que quieres transmitir (datos, historias, información práctica, etc.), mientras que el formato es el medio por el cual lo transmites (como un artículo, una serie de posts, un guión, una infografía, etc.). Si el mensaje está mal comunicado, ningún formato lo va a hacer destacar. De ahí que sea prácticamente el centro de una estrategia y un factor decisivo para su éxito.
Una buena estrategia de contenidos debe tener continuidad en el tiempo. No se puede publicar algo un día y tardar dos meses en volver a hacerlo (claro, todo sin descuidar su calidad). Para evitar este tipo de situaciones, lo ideal es confeccionar un calendario que permita establecer en un medio-largo plazo las publicaciones que se van a realizar.
Es económico: es mucho más económico que pagar por publicidad constante en varios medios.
Ayuda al posicionamiento SEO: si se hace adecuadamente, se crean contenidos valiosos siguiendo criterios SEO que benefician el posicionamiento de la página que los alberga.
Es fuente de tráfico web: al conseguir un buen posicionamiento se incrementa la visibilidad en la página de resultados de Google, y las probabilidades de aumentar las visitas crecen exponencialmente.
Da reconocimiento profesional y genera confianza: hablar sobre temas relacionados con el negocio le hace ver al cliente que hay profesionales que poseen los conocimientos necesarios para atenderlo, lo que da confianza y credibilidad.
Ayuda a la fidelización de clientes: los clientes recurrentes son la base del éxito de una empresa, y cuando ofreces contenidos que no solo motiven la compra, sino que también que expliquen distintos aspectos del producto, como artículos complementarios o tutoriales para su buen uso, se crea un vínculo con ellos.
En conclusión, la elaboración y la publicación constante de contenido estratégico original y claro, que tenga en cuenta aspectos técnicos como el posicionamiento en buscadores, y que esté creado con tu audiencia y el canal de distribución que usarás en mente, es un pilar fundamental de tu estrategia digital y puede hacer la diferencia en que ésta triunfe o se desplome.
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Historiadora de formación, descubriendo las posibilidades del mundo virtual. De naturaleza curiosa y observadora. Investigadora profesional de trivialidades, catadora exhaustiva de series, coleccionista de juguetes y fotógrafa amateur de bichitos en mis tiempos libres. Creo firmemente que la Historia necesita llegar a todos, y que las herramientas digitales nos ayudarán a tejer redes de conocimiento y entendimiento.